Lipofilling; ideal para reconstrucción mamaria después de un cáncer

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El lipofilling consiste en utilizar grasa de otras partes del cuerpo (normalmente abdomen o caderas) parar arreglar defectos o asimetrías surgidas durante una reconstrucción mamaria. Está especialmente indicado para mujeres que han sufrido una mastectomía después de un cáncer de mama con protocolos cada vez más fiables; aunque, para poder realizar esta técnica, las mujeres deben presentar un exceso de grasa significativo que permita el relleno de las zonas deseadas. El autotrasplante de grasa también permite minimizar los efectos nocivos que produce la radioterapia en la piel de las pacientes que han sido sometidas a una extirpación de la mama y que presentan dificultades para una reconstrucción con implantes. En estos casos, el lipofilling mejora la textura y da elasticidad al tejido dañado e inflamado por la radioterapia.

La duración de la intervención varía entre aproximadamente 1 y 2 horas, dependiendo de la cantidad de grasa que se puede extraer para luego reinyectarla y, a veces, es necesario efectuar una o dos intervenciones adicionales debido a la posibilidad de reabsorción de la grasa.

La intervención se efectúa de modo ambulatorio y no causa rechazo, ya que se trata de la propia grasa de la paciente.

El lipofilling da un aspecto muy natural, a la vista y al tacto, debido a la consistencia de la grasa. Las cicatrices al nivel de los senos son mucho menos visibles que en la colocación de una prótesis porque las incisiones son muy pequeñas, de una longitud de entre 2 y 3 milímetros. Las cicatrices efectuadas para extraer la grasa son de un tamaño inferior a un centímetro y se esconden en los pliegues.

Por otra parte, no hay ninguna contraindicación durante el embarazo y la lactancia.