Psicología clínica
Los profesionales de la Clínica Ferran Solà trabajamos de forma coordinada para favorecer una mayor eficacia en el proceso terapéutico individualizado de cada paciente, y en base a una metodología eficaz durante todo el proceso de atención y tratamiento terapéutico.
El trabajo realizado por nuestra especialista en Psicología Clínica tiene como objetivo principal mantener el rigor científico y la calidez humana, por este motivo en Clínica Ferran Solà seguimos protocolos de evaluación e intervención terapéutica individualizados y adaptados a les necesidades de cada paciente, teniendo en cuenta tanto modelos terapéuticos cognitivos conductuales como sistémicos y psicodinámicos.
En primer lugar, realizamos una primera visita en la que se recibe y se acoge a la persona para realizar un buen análisis de la demanda y/o malestar emocional, para pasar después, en el caso de que fuera necesario, a una evaluación psicológica que nos aporte información complementaria mediante pruebas estandarizadas y seleccionadas en función de la causa de la consulta.
En general, nuestros tratamientos psicológicos son de una duración de entre 2 y 12 meses, según la severidad y malestar emocional asociados. Inicialmente, comienzan con sesiones semanales de una hora de duración y, cuando aparecen las mejoras, las espaciamos a sesiones quincenales.
En nuestra clínica trabajamos la especialidad de Psicología Clínica con adultos, parejas, familia, niños y adolescentes. La ayuda psicológica no deja de ser un trabajo personal y una inversión de futuro en la propia persona. Es posible que nos encontremos a veces con dificultades, malestar emocional, nuevas preocupaciones o exigencias que no somos capaces de superar nosotros solos; quizás necesitamos parar para escucharnos, mirar a nuestro alrededor o cambiar algo dentro de nosotros mismos.
Algunas de las situaciones en las que en Clínica Ferran Solà podemos ayudarte entre otras son:
- Mejorar tu estado anímico.
- Situaciones de estrés.
- Alteraciones en conducta alimentaria y/o hábitos del sueño.
- Adicciones y otras conductas que interfieren en la salud.
- Situaciones de alto impacto emocional y/o estrés postraumático.
- Problemas relacionales: familiares y/o de pareja.
- Trabajo en miedo y situaciones que generen pánico.
- Pensamientos de cariz repetitivo y/o conductas obsesivas.
- Malestares emocionales centrados en el cuerpo.
- Acompañamientos en procesos de luto.
- Enfermedades asociadas al dolor reumático.
- Situaciones familiares y personales en enfermedades terminales
- Rasgos de personalidad disfuncionales o que generan malestar.