Reducción mamaria; el dolor de espalda es la principal causa de esta intervención

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El dolor de espalda es la principal causa de las intervenciones de reducción mamaria en España. Pero el dolor de espalda de las mujeres con el pecho grande no se debe al peso de éste, como comúnmente se cree, sino que las posturas y el encorvamiento que la mujer adopta para disimular su exceso de pecho son las que generan las molestias, sobre todo en las zonas cervical y dorsal alta.

Aproximadamente una de cada 20 españolas que recurren a la Cirugía Plástica Estética se someten a una reducción mamaria. En lo que respecta a su edad, su reparto por franjas es muy equilibrado y se realiza incluso a pacientes de más de 60 años, a diferencia de los aumentos de mama, que se concentran, sobre todo, en los tramos comprendidos entre los 18 y los 44 años.

Otras razones

Otros motivos de una reducción mamaria son la aparición de eccemas o de intértrigo (inflamación de la piel en los pliegues de ésta) en los surcos submamarios (la parte inferior del pecho, donde se junta con el comienzo del vientre), la excesiva presión y las marcas acusadas de los tirantes del sujetador en los hombros o las dificultades para la práctica de ejercicio físico.

Muchas pacientes acuden a las consultas de los cirujanos plásticos derivadas por sus médicos de atención primaria o por otros especialistas como traumatólogos o reumatólogos. Existen, por otro lado, patologías como la denominada “hipertrofia mamaria virginal”, consistente en un crecimiento desproporcionado de una o ambas mamas en la pubertad o adolescencia, que, aunque benignas, hacen recomendable una reducción.

La cirugía

La intervención de reducción consiste en la extirpación de partes de la glándula mamaria y de grasa y la recolocación del tejido sobrante. Normalmente va acompañada de una intervención complementaria de elevación del pecho, cuyo objetivo es la reubicación de areolas y pezones.

La duración de la operación puede oscilar entre las dos y las cuatro horas, dependiendo del volumen del tejido a extirpar. Se efectúa con anestesia general y su postoperatorio es cómodo e indoloro al no afectar en ningún momento a los músculos pectorales.

Evidentemente, por su condición de intervención quirúrgica, la reducción mamaria debe realizarse exclusivamente en un quirófano de un centro hospitalario o una clínica. Y el profesional que la practique debe tener la titulación oficial de médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.

Fuente: SECPRE