La rinomodelación es una intervención de la nariz sin tener que pasar por los procesos quirúrgicos (rinoplastia), pues hay cuestiones estéticas que no requieren de grandes intervenciones, sino de simples retoques; aunque la rinoplastia se sigue utilizando para problemas graves en el órgano respiratorio.
Consiste en una técnica rápida (no suele durar más que media hora dependiendo cada caso) que no requiere de procesos de curación, ni anestesia, ni postoperatorio y no presenta riesgos de complicaciones durante el periodo posterior. Los pacientes que no están a gusto con algunas terminaciones de su nariz, ya no necesitan recurrir a una cirugía facial.
Dependiendo cada caso, el proceso se llevará a cabo de una forma o de otra pero hay que tener en cuenta que no se puede cambiar la estructura (troncal) de la nariz. La rinomodelación se utiliza para obtener una nariz más simétrica, tener la punta de la nariz más estética y en mejor combinación con los demás rasgos fáciles, producir un cambio en el caballete de la nariz para que se vea más armónico, tener los dorsos menos profundos y más rellenos y otras simples correcciones como mejorar los desniveles de la nariz y el caballete.
La rinomodelación se hace mediante la aplicación de una sustancia llamada “restylane” que permite darle la forma deseada y contribuye al endurecimiento de la nariz con la nueva forma que el esteticista le ha aplicado. Se trata de ir rellenando y moldeando la nariz en armonía con el resto de rasgos faciales. Pero cabe recordar que es puramente estética, no soluciona problemas respiratorios por fosas nasales pequeñas, desviación del tabique… Estos deben ser intervenidos quirurgicamente por un cirujano profesional que evalúe el caso.
