Soluciones para la eliminación de tatuajes

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Todos hemos pensado en atrevernos con los tatuajes en algún momento de nuestra vida. Muchos han sido los que finalmente lo han hecho, aunque no siempre con el mejor de los resultados. Colores que despintan, formas desestructuradas o tatuajes que poco tienen que ver con la imagen que actualmente queremos transmitir. Son sólo algunos de los motivos de la, cada vez mayor, necesidad de la eliminación de tatuajes.

Y es que los tatuajes, a pesar de lo que se pueda pensar, no son para toda la vida.

El láser, tu mejor aliado

El láser es la mejor herramienta para la eliminación de tatuajes, ya que es capaz de fragmentar las partículas de tinta del tatuaje. Esas partículas son eliminadas de forma natural, posteriormente, por el organismo. Evitando así que cualquier tejido circundante no tatuado resulte dañado.

Entre todos los láseres existentes, el más recomendable para este tipo de trabajo es el láser Q-Switched. Gracias a la combinación de sus longitudes de onda, permite eliminar en pocas sesiones la gran mayoría del tatuaje.

Contar con este equipo, además de los conocimientos necesarios de un especialista, en este caso, el Dr. Jordi Soler Miró, será indispensable para conseguir los mejores resultados. El tiempo estimado para ello oscila entre 4 y 8 semanas, número mínimo de sesiones recomendadas.

Factores influyentes

A la hora de llevar a cabo una eliminación de tatuajes, es importante tener en cuenta algunos factores que harán más o menos difícil el proceso.

  • Tatuaje profesional o «amateur»: uno de los primeros factores es la calidad del tatuaje, es decir, si se trata de un trabajo profesional o “amateur”. La profundidad, la densidad o la permanencia de los pigmentos puede variar de uno a otro trabajo, por lo que la dificultad también.
  • Colores: los colores empleados también son condicionantes, siendo el negro y el azul oscuro los más fáciles de quitar. El amarillo, el azul claro o el verde, por su parte, son algunos de los más difíciles.
  • Zona del cuerpo: Y por último, la zona de la piel en la que se encuentren, que determinará el número de sesiones necesarias dependiendo de su grosor.