El turismo de bisturí… ¿es seguro o peligroso?

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En temas de salud, hay que desconfiar de las ofertas y los precios low cost. Es importante asegurarnos de que el médico al que nos confiamos es un profesional, que trabaja en unas instalaciones en condiciones, con personal cualificado y con productos y herramientas de calidad.

El turismo de bisturí está en plena expansión; el número de personas que viajan al extranjero para someterse a tratamientos y cirugías estéticas va en aumento. En Internet encontramos numerosas ofertas de viajes, especialmente a Sudamérica o el norte de África, que duran varias semanas -la estancia media es de 10 días- y que incluyen traslado, alojamiento en hoteles de lujo, dietas… e intervenciones estéticas a la carta a precios más baratos que en España. Las principales operaciones son de pecho (aumento o reducción mamaria), liftings faciales, liposucciones, rinoplastias, blefaroplastias…

Con la salud no se juega y el precio no puede ser el factor determinante

Cuando se tratan temas relacionados con la salud, como es el caso de las intervenciones de cirugía plástica, el precio no debe condicionar la decisión, a pesar de que pueda ser muy tentador. Hay que tener en cuenta la titulación y la experiencia del ‘supuesto’ cirujano, el buen acondicionamiento de las instalaciones médicas, la cualificación del personal y la garantía y calidad de los materiales y herramientas que se utilizan. En temas de salud, el ahorro económico puede salir muy caro.

Hay que asegurarse de que los materiales empleados estén homologados

Principales riesgos del turismo de bisturí:

  • La falta de capacitación y experiencia del cirujano y de su equipo: ponerse en manos de un médico no cualificado o de un falso médico podría provocar complicaciones durante la cirugía y durante el proceso de recuperación. Si hay negligencia quirúrgica, las consecuencias pueden ser terribles. Hay que asegurarse de que nos ponemos en manos de un equipo profesional preparado y exigir el título y la calificación al cirujano.
  • Utilización de materiales no aprobados por las autoridades sanitarias.
  • Instalaciones poco higiénicas o mal acondicionadas para intervenciones quirúrgicas.

La fase de recuperación es tan importante como la misma operación

  • Con el turismo de bisturí el paciente no tendrá la oportunidad de recuperarse adecuadamente, especialmente si tiene que realizar un largo viaje de vuelta. Además, será imposible que el cirujano controle la evolución de la cirugía. Hay que recordar que el postoperatorio es tan importante como el acto quirúrgico.
  • Insatisfacción con los resultados: si el resultado no es el esperado, será necesaria una segunda cirugía para solucionar el problema o corregir el desastre estético, lo que conlleva un gasto económico mucho mayor que si se hubiera tomado la decisión de realizar la primera intervención en el país de origen.